La Primera Comunión es una ceremonia muy importante en la vida de cualquier niño, y para Mario que en breve la recibirá, no va a ser menos.
La situación atípica que estamos viviendo ha permitido que algunos niños la tomen individualmente, otros en pequeños grupos, otros para después del verano en turnos, y ya el resto para el año que viene.
Esta quinta va a ser recordada por lo especial de la situación.
Yo empecé a finales de febrero a hacer los primeros reportajes, hasta que obligados por la situación tuvimos que parar. A mitad de mayo retomamos nuevamente las sesiones, y vamos a estar durante todo el verano haciendo fotos y terminando encargos para que cada uno de ellos no se quede sin su álbum, su libro de firmas, o sus detalles.
Mario al fin lo tiene todo ya terminado y el día de mañana, cuando lo enseñe recordará, en que año la tomo y podrá presumir de esa edad tan bonita e inocente que tienen.
El ya habrá podido comprobar si ha visto los reportajes que en su día realicé a sus otros dos hermanos Raquel y Ferran , como crecemos, cambiamos y la importancia que tiene la fotografía, y como se ven reflejadas en ellas nuestra personalidad y expresión etc...
Gracias a esas fotografías, ya sean de personas o de otros elementos, podemos revivir momentos pasados, que sin ellas nos sería mucho más complicado recordar.
Como anécdota mientras realizaba las fotografías a Mario, le recordé que posiblemente y gracias a una decisión que tomó en su día su abuela, que quiso cambiarse de cámara, a los 8 años me regalaron aquella cámara de segunda mano que para mí era nueva y flamante en la cual yo me inicie, y que probablemente de ahí viniera mi pasión por la FOTOGRAFIA.
Ya más tarde a los 12 años recuerdo que adquirí mi primera cámara Reflex de objetivos intercambiables, de la cual ya hacia cosas más interesantes. Pero la 1ª cámara fue la de su abuela.
Esperando que Mario, dentro de unos años vea es sus fotografías lo que siente y ve él cuando ve las de los demás, os dejo una pequeña muestra de su reportaje.